09 diciembre 2006

Cuatro Patas

Primera Pata: los especuladores

Especular: "Procurar provecho o ganancia fuera del tráfico mercantil" (Diccionario de la real Academia Española-DRAE).
Es una definición que se ajusta perfectamente a ese reducido grupo de empresarios que han sido los principales beneficiarios de los favores gubernamentales. Su fortuna se ha incrementado espectacularmente en los últimos años, pero no gracias a una gestión empresarial eficaz, sino a una relación especialísima con el poder político que les ha dado todo tipo de facilidades.
Sus ganancias no se han cimentado en la venta de productos y servicios de calidad, en leal competencia con otros empresarios, sino básicamente en grandes pelotazos urbanísticos o inmobiliarios realizados con la cobertura y la complicidad del poder político.
Hacen negocios, no dirigen empresas.
Para esto no hace falta ser competitivo, ni diversificar la oferta de productos y servicios. No son necesarias inversiones en tecnología ni en formación. Si acaso, una ayuda generosa de los poderes públicos en forma de subvenciones y un régimen económico y fiscal que les permita reducir sus costes sin necesidad de acometer ningún proceso de modernización.
En fin, que las enomes plusvalías que genera el suelo, y que pertenecen a todos (razón por la que corresponde a los poderes públicos la ordenación el territorio con el fin de servir al interés general), se las llevan unos pocos espabilados. La mayoría obtiene a cambio, una compensación mínima en forma de trabajo precario y los salarios más bajos del estado español.

Segunda pata: los manipuladores.

Manipular: Intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros, en la política, en el mercado, en la información, etc., con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de intereses particulares (DRAE).
El papel reservado a nuestros políticos. Son verdaderos expertos en presentar como principales problemas de la sociedad lo que no son sino las prioridades de los intereses particulares a los que sirven. Se multiplican así, las infraestructuras y las inversiones de dudosa utilidad, mientras la educación y la sanidad se gestionan con palpable ineficacia.
Especialistas en generar cortinas de humo que distraigan a los ciudadanos de los verdaderos problemas que les afectan.

Tercera pata: los propagandistas.

Propagandista: Que hace propaganda, especialmente en materia política (DRAE).
Propaganda: Acción o efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos o compradores./Textos, trabajos y medios empleados para este fin. (DRAE).
Los medios de comunicación más importantes son controlados por el poder político o empresarial. Dependen de las generosas aportaciones de algunas empresas o de la publicidad institucional de las administraciones públicas.
Se movilizan con descarada parcialidad en cuanto son atacados o amenazados los intereses de quienes les pagan.
Al calor de intereses político-empresariales, unos cuantos medios de comunicación y algunos friquiperiodistas llenan abundantemente sus arcas, al punto de que únicamente "este fin justifica algunos medios".

Cuarta parte: los consentidores.

Consentidor: Que consiente que se haga algo, debiendo y pudiendo estorbarlo. (DRAE).
La ciudadanía desmovilizada y pasota.
Suele decirse que los pueblos tienen los gobernantes que se merecen. También los empresarios, los periodistas y los profesionales. Estamos rodeados de yesmen.
Suele ocurrir en las sociedades donde la inteligencia se mide por el saldo de la cuenta corriente. "El que no llora no mama y el que no afana es un gil" decía la letra de un tango. Nos viene al pelo.


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