29 noviembre 2006

Negociación, en mi nombre, SI


La realidad inventada

El eslógan de "Negociación en mi nombre, NO", de las primeras manifestaciones de la AVT contra la política antiterrorista del gobierno, se ha transformado después de seis convocatorias en otro mucho más contundente y definitivo: "Rendición en mi nombre, NO".

Se asume por esta asociación de víctimas, que la negociación está abocada con absoluta certeza a la aceptación de las condiciones que impongan los asesinos de ETA. Tales condiciones serían, la legalización de batasuna, el reconocimiento del derecho de autodeterminación, la anexión de Navarra y la excarcelación de los terroristas. A cambio, el gobierno conseguiría el fin de ETA y un triunfo seguro en las próximas elecciones generales.

En definitiva, una claudicación en toda regla con un objetivo partidista e interesado, contrario, por tanto, al sentir mayoritario de los españoles y un acto de desprecio absoluto a la memoria de las víctimas.
Sin embargo, ninguno de las supuestas condiciones se ha cumplido. Batasuna sigue siendo un partido ilegal. El gobierno ha reiterado por activa y por pasiva que el derecho de autodeterminación es contrario a la constitución, y por tanto, innegociable y que la anexión de Navarra sólo es posible por decision de los navarros tal y como recoge el propio texto constitucional. No se ha producido ni una sola excarcelación por motivos diferentes al estricto cumplimiento de las leyes vigentes. Así que los hechos no parecen apoyar las afirmaciones implícitas en el eslogan de la AVT. Además, resulta impensable que un partido político que actúa en contra del sentir mayoritario de los españoles pueda ganar las elecciones, lo que invalida el supuesto interés electoralista del gobierno.
Son, sin embargo, hechos incontestables que no hay víctimas mortales desde hace más de tres años y que la mayor parte de los vascos y de los españoles apoyan la decisión del gobierno de negociar el fin de la violencia terrorista.
Pero nada importan los hechos. Las estrategia basada en presentar como datos ciertos e irrefutables lo que no son más que conjeturas o hipótesis, funciona. El Partido Popular recibe con júbilo las encuestas de intención de voto que, Zaplana, uno de los representantes más excelsos de esta forma de hacer política, exhibe como principal aval de su gestión. El fin justifica los medios.

Una realidad inventada que se convierte en la baza más eficaz de oposición al gobierno y la clave de una próxima victoria electoral.

El papel de las víctimas

Resulta cuando menos curioso que cuando no hay atentados terroristas sea cuando más manifestaciones se han producido. Obviamente, por tanto, las manifestaciones no son, como lo habían sido hasta ahora, actos de repulsa frente a un atentado, sino una expresión de protesta contra la política antiterrorista del gobierno. Y la cara visible de las protestas son las víctimas, que se convierten así, voluntaria o involuntariamente, en instrumentos de oposición política.

Tienen derecho a manifestarse y tienen derecho a protestar contra el gobierno. El problema es que los argumentos que justifican las protestas se apoyan como he señalado, en conjeturas, no en hechos. Tal vez hagan honor al refranero aplicando aquello de que más vale prevenir que curar, asumiendo como cierto que el resultado del proceso será, sin duda, la aceptación de todos los postulados terroristas. Y si la rendición es un hecho, es obvio que se desprecia su dolor. Se cede frente a los terrorista mientras se ningunea a las víctimas. Pero, insisto, esa cesión es únicamente una conjetura que los hechos, no confirman.

Por otra parte, las víctimas no murieron por defender unas determinadas ideas. Desgraciadamente fueron el blanco inocente de la sinrazón terrorista. Las víctimas se comportaron siempre con absoluta dignidad. Jamás opusieron a las armas, el discurso de la venganza y el enfrentamiento. En Euskadi, no hay dos bandos enfrentados abiertamente. Han sido siempre los mismos quienes mataban y podía ser cualquiera el que moría. El único problema vasco es ETA y la única solución posible, su desaparición. No me parece una postura acertada de la AVT abonar, aunque sea de esta manera probablemente involuntaria, la tesis del conflicto o la guerra latente.

Las bazas negociadoras

Es fundamental el apoyo del Partido Popular para acelerar el fin de ETA, pero lo que de verdad es esencial para acabar con el terrorismo es cerrar cualquier posibilidad de vuelta atrás. El convencimiento compartido por la inmensa mayoría, de que el proceso que se ha iniciado es irreversible sería la principal baza negociadora de los demócratas.

Los ciudadanos, y principalmente los ciudadanos vascos deben asumir mayor protagonismo para afirmar con contundencia su apoyo al proceso negociador. Cualquier atisbo de vuelta a las andadas debería ser inmediatamente respondido con una clamorosa protesta por parte de la ciudadanía. No puede confiarse el éxito del proceso exclusivamente a los políticos.

Es en este aspecto en el que debieran centrarse ahora todos lo esfuerzos: mandar a ETA y a su entorno señales inequívocas de que ya no es posible el regreso a las armas; los ciudadanos no van a tolerarlo.

Los partidos políticos debieran alinearse con este espíritu ciudadano y aparcar temporalmente sus discursos de máximos en tanto no se verifique la condición esencial del cese de la actividad terrorista. En este sentido, los nacionalistas podrían moderar sus urgencias soberanistas y afirmar rotundamente que nada puede discutirse si antes no desaparece ETA y los no nacionalistas, comprometerse a colocar sobre el tapete negociador la posibilidad de que sean los vascos quienes decidan su modelo de convivencia con España si, efectivamente, ETA deja de existir.

El fin de un Régimen.

El fin de ETA significa el fin de un régimen político y de convivencia en el País vasco. Por eso será un proceso difícil y llenos de obstáculos. Los principales beneficiarios del régimen actual emplearán todos los recursos a su alcance para evitar el cambio.

ETA es una banda terrorista, que utiliza, por tanto, métodos terroristas. Sería ingenuo pensar que no van a presionar. Habrá desgraciadamente sobresaltos y altibajos. Permitir que cualquier manifestación de violencia se convierta en un motivo para finalizar las negociaciones, es entrar en el juego de los etarras y amplificar la potencial eficacia de sus métodos. Lo único que permitirá culminar con éxito el proceso, será una voluntad mayoritaria, firme e inquebrantable de llevarlo adelante.

En este sentido, el panorama actual se asemeja al vivido en España durante la Transición. El consenso, al que curiosamente apelan constantemente quienes más se oponen ahora a la negociación con ETA, fue posible gracias a las renuncias y cesiones de unos y otros; merced a un esfuerzo negociador basado en el compromiso de todos los implicados de no renunciar bajo ningún concepto, al objetivo de alcanzar un nuevo régimen de libertades. Hubo trágicos sobresaltos y un funesto golpe de estado estuvo a punto de acabar con nuestra incipiente democracia pero nunca se quebró el firme propósito, compartido por la inmensa mayoría de los españoles, de liquidar el régimen franquista.

Los perseguidos por el franquismo renunciaron también a su legítimo derecho de revancha. Resulta curioso como los más beneficiado por ese perdón se oponen ahora a la Ley de la Memoria Histórica, como si los españoles fueramos aún una panda de inmaduros incapaces de mirar de frente y serenamente a su pasado. El gran éxito de la democracia es precisamente, que ahora cualquier melón puede abrirse sin que renazcan los odios del pasado.

Y estos son lo mismos que reclaman ahora una justicia infinita para las víctimas de ETA, con un espíritu de revancha que, como comenté más arriba, las víctimas nunca exhibieron.

Suárez, el gran conductor de la transición escribió lo siguiente en 1995: "La estrategia de la reforma política implicaba dos tácticas y dos tratamientos distintos: unos para los grupos que pretendían la continuidad del régimen anterior, otro para las fuerzas políticas de la entonces llamada oposición. Ambos caminos debían converger en la aprobación de una Constitución elaborada entre todos para que a todos sirviera. Los primeros tenían que aceptar la dialéctica de la reforma política y ello suponía tres decisiones: amnistía que permitiera la reconciliación de todos los españoles; legalización de todos los partidos políticos y sindicatos, y aceptación de unas elecciones generales libres, único medio para que el pueblo español recobrase su soberanía y expresase su voluntad".

Ciudadanía e Identidad

Ciudadanía

Integra
Pemite Avanzar
Mira al Futuro
Se centra en las Personas
Apela a la Razón
Comparte Valores Universales

Identidad

Excluye
Produce Ensimismamiento
Mira al Pasado
Se centra en los Territorios
Apela a los Sentimientos
Fomenta los Valores de la Tribu

21 noviembre 2006

Teodoro tiene un tesoro


Un tesoro negro y viscoso.
Después de presentarse como promotor de la alianza de civilizaciones, Zapatero recibe a uno de los dictadores más abyectos del planeta.
Tal contradicción se justifica por el llamado pragmatismo de estado, que permite arrinconar la ética para favorecer ciertos intereses económicos supuestamente beneficiosos para el conjunto de la sociedad. Después, un poco de estética para aliviar el mal trago: nos cuentan que se ha forzado un compromiso de Obiang para liberar a los presos políticos o se le impide su visita al Congreso de los Diputados.
Tengo la sensación de que la historia se ha escrito, y se escribe en gran parte, con los renglones torcidos del pragmatismo de estado. Cesiones interesadas a personajes infames que acaban por convertir en papel mojado los derechos humanos fundamentales. Los valores éticos se transforman así, en pricipios estéticos. Puro maquillaje para tapar las verguenzas de nuestra civilización. Un ambientador con olor a esperanza para enmascarar la peste que despide la descomposición de los valores más elementales.
La fetidez del personaje es, no obstante, demasiado alta y la química propagandística no ha evitado que nos tapemos las narices. Aunque el rechazo de la opinión pública a este tipo de visitas sigue siendo más bien escaso. Tal vez porque en el ámbito privado justificaríamos también estas conductas; pasaríamos por alto la catadura moral de nuestro huésped si tuviésemos la oportunidad de cerrar con él algún sustancioso negocio.
Se ha producido, sobre todo, cierto revuelo mediático, más que una reacción airada de la opinión pública. Un revuelo muy matizado, además, porque el lider de la oposición, Mariano Rajoy, ha sucumbido finalmente a la tentación de recibir a Obiang.
En resumen, las incomodidades normales que generarían los paseos de un roedor de aspecto desagradable por los salones alfombrados de nuestras democráticas mansiones.
El concepto de genocidio debiera ampliarse para abarcar también aquellos supuestos en los que se produce el exterminio de la población por motivos económicos. Serían, así, genocidas aquellos gobernantes que acumulan la mayor parte de la riqueza de sus naciones, mientras su pueblo sobrevive en condiciones de absoluta miseria. Y los gobiernos que hiciesen negocios con ellos, serían considerados sus cómplices. La opinión pública se opondría entonces, con mayor firmeza, a este tipo de vergonzantes visitas de estado.
Y por que no extender esta definición de genocidio a las empresas que acumulan la mayor parte de la riqueza mundial. Al fin y al cabo, vivimos en un mundo globalizado, en donde se reconoce la importante influencia de estas corporaciones en las decisiones políticas en el ámbito de las relaciones internacionales. Esta creciente participación en el gobierno del mundo de las grandes empresas, debiera corresponderse con el lógico aumento de su cuota de responsabilidad por el mantenimiento de las injusticias y las desigualdades.

19 noviembre 2006

Ya está bien, Canarias no se vende


Más de 20.000 personas marchan en el centro de Santa Cruz contra el puerto industrial de Granadilla

Ya estamos acostumbrados al baile de cifras pero lo de la policia nacional parece un tanto exagerado. No se puede negar la evidencia.

Sr. Medina, no se debe arriesgar permanentemente la credibilidad de las instituciones que sirven a los ciudadanos, sometiéndolas tan descaradamente a sus intereses políticos. Y mucho menos cuando usted utiliza machaconamente el recurso a los "datos oficiales" como argumento frente a quienes le cuestionan. Pero bueno, la manipulación de las estadísticas es otro debate del que ya hablaremos en otro momento.

Lo de ayer fue una explosión de democracia auténtica. A pesar del hartazgo que sentimos la mayoría, no hubo ni una sola reacción violenta. Solo fiesta y sana alegría. Un optimismo desbordante alentado por el convencimiento de que podemos cambiar la cosas. Allí no había enemigos de Tenerife, ni oro amarillo, ni violentos antisistema, ni falsos ecologistas. Sólo jóvenes, muchos jóvenes, profesores universitarios, abuelos, niños, simplemente ciudadanos contentos de demostrar sus deseos de cambio.
"Hemos venido para denunciar los atropellos a los que está siendo sometido este pueblo por el triunvirato de la fatalidad, el que forman ciertos empresarios corruptores, políticos corrompidos y medios de comunicación serviles y mentirosos... Hoy estamos aquí para decir una vez más nuestra palabra, ignorada, negada por los que ostentan el poder y por sus lacayos. Hoy hemos venido aquí para pronunciarla alta y clara, porque ella constituye nuestra dignidad. ¡Más naturaleza, más salud, más educación! ¡Fuera mafias, fuera corrupción! ¡No al Puerto de Granadilla!".

Las reacciones tras las manifestación , las esperadas. Sólo la Opinión de Tenerife entre los periódicos de mayor tirada, ha destacado la noticia. Para El Día la manifestación no existió. Pierde credibilidad a pasos agigantados. Unos cuantos euros para llenar hoy las arcas no justifican la transformación de un periódico con una larga tradición, en un triste panfleto propagandístico.

Muchos de los manifestantes, han expresado su deseo de que se forme un partido que aglutine a todas las plataformas y asociaciones ciudadanas. No lo tengo claro. No hay posibilidad de éxito sin liderazgo, un mensaje bien estructurado y con propuestas en positivo, una organización cohesionada y un plan de comunicación que unifique y dote de coherencia la imagen del nuevo partido. Hay poco tiempo para un trabajo tan duro. Por otra parte, creo que hay demasiado carga ideológica nacionalista o independentista en algunas asociaciones. Opino que lo que de verdad aglutina a la mayoría de los manifestantes es su condición de ciudadanos descontentos y hartos del "triunvirato de la fatalidad". La burbuja identitaria sólo serviría para apartar el foco de los verdaderos problemas y retrasaría la toma de decisiones. El ejemplo del tripartito catalán es, en este sentido, muy esclarecedor.


En cualquier caso, lo importante es que la ciudadanía ha hablado alto y fuerte. La obligación de los políticos sería tenerla en cuenta.


Amplio Reportaje fotográfico de la manifestación

16 noviembre 2006

Podemos cambiar esto

Atrévete Adán. Sal del clóset. Por razones imperiosas de interés público

11 noviembre 2006

Error técnico

Un lamentable error. Uno más.

El primer ministro israelí reconoce el error pero luego explica que continuarán con las operaciones y más tragedias "pueden ocurrir". También argumenta que a diferencia de los terroristas palestinos ellos no eligen específicamente objetivos civiles. Me repugna tanto cinismo. El error es fruto de una situación que usted, Sr. Olmert, elige voluntariamente. Si decide bombardear uno de los territorios más densamente poblados del planeta, gracias, por cierto, a la presión a la que usted somete al pueblo palestino, cabe esperar que algún proyectil se desvíe de su trayectoria. Es como si alguien conduce voluntariamente en sentido contrario y luego lamenta los accidentes de tráfico que ocasiona. En la guerra no hay errores, sólo muertos.
Un error es por definición un hecho puntual. Cuando se repite sistemáticamente deja de serlo. Se convierte en un acto voluntario. ¿Terrorismo de Estado?.
Para rematar tan triste faena, el Consejo de Seguridad de la ONU no aprueba una resolución de condena a Israel por los ataques en Beit Hanun, merced al veto de Estados Unidos. El embajador americano argumenta que la resolución propuesta no era equilibrada ya que ponía en el mismo plano los ataques de ejército israeli, que son legales, y los lanzamientos de misiles desde Palestina que son un acto terrorista. Claro, los desmanes israelíes son legales porque su país los ampara con sus vetos sistemáticos a las propuestas de resoluciones de condena. Es nada menos que la trigésimoprimera vez en la historia de la ONU, que Estados Unidos veta una resolución relacionada con el conflicto palestino-israelí. Y encima se permiten cuestionar la eficacia de los organismos multilaterales para resolver los conflictos entre naciones.

10 noviembre 2006

Miel, licores, mojo, repostería y vino


No inauguramos sección gastronómica. Simplemente enumero algunos productos sospechosos que acompañarán a partir de ahora las horas de asueto del personal de seguridad de los aeropuertos. Menudo festín.
Una vez aclarado que las ensaimadas rellenas de crema o de cabello de ángel no suponen un riesgo potencial para el pasaje, urge determinar que otros productos, que hasta ahora formaban parte esencial del equipaje del turista, pueden pasar los controles. Si no se hacen las precisiones necesarias, ha llegado el fin del souvenir gastronómico. Bueno, si buscamos el lado positivo, tal vez consigamos reducir nuestro nivel de colesterol, e incluso estimular la imaginación al vernos forzados a buscar algún regalo que sustituya al consabido lote de productos típicos.

Mi amigo Max, nudista militante, me confesó que se estremece de emoción ante la inminencia de una terminal 4 rebosante de cuerpos desnudos portando una bolsita de cierre hermético como único equipaje. Sería el triunfo absoluto del movimiento naturista. Claro, que algunos viajeros no podrán evitar los viejos hábitos. Así que seguirán vistiendo calcetines y sandalias. Otros pasearán ufanos con sus sombreros de cowboy, o luciendo espectaculares pamelas. Los más recatados, se pondrán un largo poncho mexicano hasta las rodillas.
Imagino los culos sudorosos e irritados al abandonar los sillones de skay de la sala de embarque o los respingos involuntarios al sentir el frío tacto de las sillas de plástico de la cafetería.

Es posible que el profundo debate sobre seguridad o libertad acabe derivando en una frívola discusión sobre seguridad o comodidad. Y es que las urgencias de la vida cotidiana acaban casi siempre por desmontar las estrategias del miedo.

Desconozco hasta cuando durará esta absurda paranoia que convierte a cualquier ciudadano en un sospechoso de terrorismo. No sé si es peor la sensación de vulnerabilidad ante el terror o la impotencia por no poder desarrollar con comodidad y normalidad actividades en otro tiempo habituales y cotidianas. O, tal vez, las dos cosas sean exactamente lo mismo.
Gracias a medidas como las que se han puesto en práctica en los aeropuertos, los terroristas saben que ya han ganado. Ya es hora de que despertemos. De nada vale la seguridad si renunciamos, cada vez, a más espacios de libertad.

07 noviembre 2006

Periodismo

Causas y efectos

Hipótesis, conjeturas, divagaciones, hechos y opiniones hábilmente mezclados, manipulación, servilismo, instrumentalización, censura, banalización, difamación, propaganda, intrusismo, crispación, rumor, ...

Remedios

Hechos y opiniones diferenciados, evidencias, honestidad, autocensura, pedagogía, crítica, contestación, reflexión, matización, pluralidad, contraste, profesionalidad, análisis, contextualización, ...

Resultados

Información, formación, sentido crítico, ciudadanía, libertad, ...

Robert Fisk nos cuenta las verdades del barquero


05 noviembre 2006

El trabajo no es una maldición

"El trabajo no es una maldición, ni siquiera un deber incondicional. El deber de los seres humanos consiste en participar en la construcción de las personas, incluída la suya. Para ello, es necesario, por supuesto, preservar la vida y obtener, por tanto, los bienes necesarios para la realización de nuestros metabolismos: nutrición, energía, seguridad. Si no es posible conseguirlo sin trabajo, este trabajo se convierte, efectivamente, en un deber. Pero si tenemos la suerte de de que esos bienes nos sean ofrecidos por la naturaleza o sean producidos en gran parte por máquinas, no veo en nombre de qué se habría de imponer el trabajo a los hombres.
Me parece una perversión haber hecho del trabajo el origen de la hominización. Se ha confundido, más o menos conscientemente, el trabajo-tortura y la actividad liberadora. La generosidad y la entrega son actitudes más ennoblecedoras que el entusiasmo en el trabajo.
En realidad, para los regímenes totalitarios, la glorificación del trabajo ha sido un buen medio para salvaguardar el orden establecido; mientras están trabajando, los ciudadanos no tienen ganas ni posibilidad de plantearse ni plantear al poder las cuestiones fundamentales. Se dice que la ociosidad es la madre de todos los vicios, pero el exceso de trabajo es es el padre de todas las sumisiones.
Esta negación del papel casi religioso del trabajo no es una apología de la pereza. No trabajar no equivale a estar inactivo; es aprovechar un tiempo disponible para intercambiar, encontrar, reflexionar -sólo o en compañía-, leer, escuchar y crear. En este sentido, un enseñante no trabaja nunca, y tampoco un enseñado. En cambio, su actividad puede fatigarlos mucho; ambas cosas no son incompatibles.
La reducción de la cantidad de trabajo que permite producir los bienes necesarios debería ser acogida como uno de los grandes éxitos de de nuestra imaginación creadora. El que esta reducción provoque el paro es signo de un error fundamental en la organización de nuestra sociedad. El verdadero remedio contra el paro consiste en que no haya trabajo para nadie, pero sí un lugar para todos en la sociedad."
Albert Jacquard, "Pequeña Filosofía para no filósofos"

04 noviembre 2006

Corrupción urbanística


No soy un experto en temas urbanísticos y no me considero cualificado para proponer medidas que eviten la corrupción. Lo que me interesa fundamentalmente de este asunto es que ejemplifica a la perfección todo aquello que un ciudadano global pretende combatir:

La falta de transparencia. La legislación urbanística es enormemente compleja. Un conjunto heterogéneo de leyes, reglamentos y ordenanzas municipales que sólo están al alcance de los expertos. Este oscurantismo es aprovechado por algunos políticos y constructores para hacer sus turbios manejos al margen de los intereses públicos. No vendría mal una reforma legal que ayudase a clarificar y simplificar el panorama.

La casi nula participación de los ciudadanos. No se cuenta con los ciudadanos para planificar el suelo y la edificación, a pesar de que son la materia de que están hechas las ciudades. Nadie nos pregunta en que ciudades queremos vivir, en qué nos gustaría que se utilizase el suelo que pertenece a nuestro municipio. Es cierto que determinados planemientos deben someterse a un periodo de información pública, pero los hechos demuestran que no es un mecanimo de participación suficiente. En primer lugar, porque la complejidad ya comentada no contribuye precisamente a formar adecuadamente el criterio de los ciudadanos. En segundo lugar, porque las administraciones se plantean este periodo de información como un engorroso trámite legal que no hay más remedio que cumplimentar. No demuestran, así, excesivo entusiasmo en explicarnos con claridad el alcance y los efectos del planeamiento propuesto. Saben, además, que un número importante de alegaciones retrasaría y complicaría el proceso en exceso, probablemente en contra de los intereses de quienes se frotan ya las manos ante la cercana posibilidad de algún sustancioso negocio. Y, por último, porque el control en la fase de planeamiento no impide modificaciones posteriores al mismo que si que escapan definitivamente al control de los ciudadanos.

El enriquecimiento a corto plazo por encima de todo, con sus efectos colaterales de ausencia de planificación y despilfarro de recursos que compromete el desarrollo de las generaciones futuras. La especulación inmobiliaria arroja elevados márgenes empresariales. Resulta un negocio enormemente atractivo para hacer dinero rápido y fácil. Así que conforme a la lógica capitalista del mercado, es normal que esta actividad atraiga cuantiosos capitales ávidos de obtener altas rentabilidades con un riesgo bajo. Es una apuesta sobre seguro. Los resultados ya los conocemos: ciudades que surgen de la noche a la mañana sin que se hayan planificado previamente las necesidades de energía, agua, equipamientos culturales y sanitarios, transportes públicos, etc.; ciudades que crecen desordenadamente mientras permanecen desocupadadas gran número de viviendas en el centro y los barrios antiguos; destrución de la costa; invasión de espacios protegidos, etc. Todo vale con tal de obtener suculentos beneficios. Surge así, una clase empresarial poco formada, acostumbrada a operar con altos márgenes y nada preocupada por la competitividad y la productividad. Lo que vale es hacer negocios y obtener el máximo beneficio en el menor tiempo posible. No importa la carga que trasladamos a las generaciones futuras. Aparentemente todos ganan con el invento. La construcción explica gran parte del crecimiento económico, con la consiguiente disminución del paro y el aumento del consumo. Nada importa que esto lleve aparejado un elevado endeudamiento de las familias. Nada importa que la construcción sea una actividad intensiva en mano de obra que demanda trabajadores poco cualificados, mientras que los más cualificados no encuentran una ocupación que se ajuste a su perfil profesional. Nada importa que los pingües beneficios obtenidos no se reinviertan en Investigación, Desarrollo e Innovación, sino en más suelo y edificaciones, en una especie de huída hacía delante que nadie se atreve a detener por miedo a que se derrumbe por completo el sistema. Nada importa que se destruya el medio ambiente y se malgasten los escasos recursos energéticos e hidrológicos. Nada importa que se destruya suelo agrícola mientras aumenta la dependencia alimentaria del exterior. Nada importa que no se diversifique la economía y no se invierta en otros sectores. En fin, todos los huevos en la misma cesta. Es una apuesta arriesgada para la sociedad.

El mal funcionamiento de las instituciones democráticas y los partidos políticos. Ante los casos de corrupción que van surgiendo, los políticos reaccionan como casi siempre. Prefieren el debate superficial sobre quienes tiene más corruptos en sus filas a ponerse manos a la obra para resolver el problema de fondo. Para apaciguar a la opinión pública, se exhiben fuegos de artificio ofreciendo pactos o sacrificando, con ruido mediático de fondo, a algún correligionario corrupto. Los partidos que son teóricamente el vehículo de participación de los ciudadanos en los asuntos públicos, nuevamente nos dan la espalda para afanarse en sus disputas de salón con fines electorales. La justicia sigue dando la impresión de llegar siempre tarde, cuando los efectos de la corrupción ya se han extendido demasiado.

Y la corrupción, galopa a sus anchas amenazando con deslegitimar el sistema democrático y creando un peligroso caldo de cultivo para los extremismos de izquierdas o de derechas.

Crisis de valores. Suele decirse que los ciudadanos tienen los políticos que se merecen. La corrupción se hace posible porque miramos para otro lado en muchos casos y hasta los justificamos pensando que nos comportaríamos igual que el corrupto si estuviésemos en su lugar. Nos parece normal que haya cierto nivel de corrupción porque al fin y al cabo somos humanos y está en nuestra naturaleza el aspirar al maximo bienestar posible. De este modo, una especie de sentimiento de culpabilidad colectivo, nos impide ser lo suficientemente duros con los corruptos. Incluso votamos de nuevo a politicos que yan han sido condenados por casos de corrupción. O hasta toleramos que nos roben si ello nos reporta también algún beneficio. Esa fue la actitud de muchos marbellíes que permitieron la corrupción porque de rebote supuso una aparente prosperidad para la zona. Lo cierto es que han acabado endeudados hasta las cejas y el desarrollo futuro del municipio está seriamente comprometido.

En definitiva, más transparencia, participación ciudadana efectiva y real, visión global y a largo plazo, regeneración democrática y recuperación de valores fundamentales. Los principios que defiende un ciudadano global.