24 agosto 2006

Perogrulladas sobre el Tranvía

Ayer escuché a D. Víctor Pérez Borrego, Consejero de Hacienda del Cabildo de Tenerife, algunas sesudas argumentaciones a favor del tranvía. Es posible que mi humilde entendimiento no apreciara todos los matices de su interesante reflexión pero me sentí decepcionado por la simpleza de sus razonamientos. Imaginaba que una persona tan involucrada en el proyecto me ofrecería argumentos sólidos y convincentes que sirvieran para aclarar mis dudas.
Argumentos que pudiera oponer a los comentarios contrarios al tranvía que escucho a los ciudadanos, desde luego menos versados en la materia, en mis frecuentes incursiones por los bares y cafeterías de esta ciudad tan nuestra.
Visto lo visto, no me extraña que vayan a emplearse seis millones de euros en publicitar el invento. Si no valen las razones, apelemos a las emociones.
D. Víctor sostiene que las obras del tranvía, evidentemente molestas para los ciudadanos, han servido para emplear a mucho trabajadores.
También argumenta que iniciar el proyecto ha posibilitado que el estado central, reticente en un principio a financiarlo, aporte ahora fondos que de otra manera no se hubiesen invertido en Tenerife.
Por último, alaba la participación de inversores privados en el capital de la sociedad que gestionará el tranvía, entre ellos una importante multinacional del sector.
Puedo recomendar a D. Víctor algunas actividades generadoras de empleo que sirvan para ocupar temporalmente a un número nada despreciable de trabajadores: por ejemplo, abrir zanjas de manera compulsiva, sin avisar, en todas las calles de la ciudad, sepultarlas y volverlas a abrir poco tiempo después.
Aunque es una obra que no reportará en el futuro ningún beneficio a los ciudadanos servirá para que no se hable de otra cosa durante largo tiempo, animando las charlas en bares y cafeterías, y para que por algún tiempo, se ganen los garbanzos algunos desocupados.
Puede resultar un poco caro y es posible que no queden fondos para iniciar otros proyectos pero nadie va a preocuparse por esto. Todos estarán pendientes de airear su cabreo por las calles de esta ciudad cada vez más nuestra.
Las pérdidas de los comercios "a pie de obra" se verán ampliamente compensadas por las ganancias de las empresas constructoras. Y, además, los atascos y embotellamientos servirán de paso para justificar nuevas "infraestructuras viarias" que les reportarán más beneficios y que generarán más empleo.
LO QUE SE CUESTIONA, D. VÍCTOR ES LA UTILIDAD DEL TRANVÍA.
SI LA RELACIÓN COSTE-BENEFICIO JUSTIFICA LA INVERSIÓN REALIZADA.
SI ERA LA MEJOR ALTERNATIVA (SI ES QUE ALGUNA VEZ LLEGARON A BARAJARSE VARIAS POSIBILIDADES).
SI EL TRANVÍA ES UNA PIEZA DENTRO DE UN PLAN DE TRANSPORTES INSULAR QUE ORDENE EL FUTURO DE LAS COMUNICACIONES EN TENERIFE, O UNA OCURRENCIA A MAYOR GLORIA DE LOS POLÍTICOS.
Respecto a atraer inversiones estatales después de lanzarse a la aventura en solitario, aconsejo a D. Víctor iniciar otros proyectos, igualmente rentables: dos hospitales de verdad, de los que tienen de todo y están a la última, uno en el norte y otro en el sur, redes de saneamiento y canalizaciones que impidan el vertido ilegal de aguas residuales y el despilfarro de agua, etc. Estoy seguro de que una vez iniciados estos proyectos el estado no podrá resistirse a colaborar en la financiación invirtiendo unos eurillos que de otra manera no hubiesen venido a Tenerife.
PRIORIZAR LAS NECESIDADES Y EMPLEAR CON EFICACIA LOS RECURSOS DISPONIBLES. EN ESO CONSISTE GOBERNAR D. VÍCTOR.
Por último, le sugiero que vigile las inversiones privadas en los servicios públicos. El tranvía sólo será utilizado como transporte preferente por los ciudadanos si el precio de los billetes es bajo. Siguiendo la más elemental lógica empresarial, los inversores privados le exigirán subvenciones que sirvan para garantizarles un beneficio.
Así que todos, directa o indirectamente, vamos a colaborar para garantizar la viabilidad futura del tranvía y, de paso, la generosidad de estos inversores se verá ampliamente recompensada. La multinacional que fabrica y vende los vehículos estará encantada si su producto funciona, pero, sobre todo, se alegrará enormemente con sus amigos constructores, si se inician nuevos proyectos para aumentar las líneas y extender el servicio.
Tal vez, haciendo imposible el buen funcionamiento de las guaguas, muchos vecinos acaben reclamando un tranvía para poder desplazarse.
Vamos, que si se organiza bien el tinglado, EL INVENTO DARÁ PARA MUCHOS AÑOS.
No obstante, estoy seguro de que los medios de comunicación "oficiales", los cargos políticos afines y los seis millones de euros contribuirán decisivamente al éxito final del proyecto y evitarán el desgaste político de su jefe, D. Ricardo Melchior. Hoy mismo declaraba en un "rotativo del régimen" que nadie reconocerá haber criticado el tranvía una vez que este entre en funcionamiento.
TREMENDA DESFACHATEZ. LOS CIUDADANOS LO QUE SENTIRÁN, SALVANDO LAS DISTANCIAS Y CON EL MÁXIMO RESPETO AL SUFRIMIENTO DE ESAS GENTES, ES UN ALIVIO SIMILAR AL DE LOS LIBANESES UNA VEZ QUE RECONSTRUYAN SUS CIUDADES. EL QUE DEBIERA ESCONDERSE POR EMPRENDER ESTA LOCA OBRA FARAÓNICA, ES USTED. CON SU EMPECINAMIENTO EN INICIARLA, HA IMPEDIDO UN EMPLEO RACIONAL DE LOS RECURSOS EN NECESIDADES MÁS URGENTES Y BENEFICIOSAS PARA LOS CIUDADANOS.
AUNQUE LAS OBRAS, YA LO SABEMOS, NO ACABARÁN NUNCA. SON EL COMBUSTIBLE PARA SOSTENER ESTE SISTEMA. SIN CEMENTO NO HAY FUTURO. Y USTEDES, QUE NOS GOBIERNAN, BIEN POR INCOMPETENCIA, BIEN POR PURO DESINTERÉS O SEGURAMENTE, POR UNA MUY LUCRATIVA CONVENIENCIA, HAN SIDO INCAPACES DE GENERAR ALTERNATIVAS DE DESARROLLO QUE BENEFICIEN A LA MAYOR PARTE DE LA POBLACIÓN.
Cartel de Cine extraído de canariasdigital

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